“Un hombre no es pájaro y debe soportar la ruindad de estar unido a la Tierra como un ángel al Cielo” (Wilfredo Machado).

Ubicado en el corazón cultural de la ciudad de Caracas, muy cerca del museo de Bellas Artes, la escultura de un hombre con grandes y endebles alas atrapa la atención de los visitantes del parque más antiguo de Caracas: Los Caobos.
Inspirado en Ícaro, el mitológico hombre griego, la escultura del hombre se muestra sedente, con un lenguaje corporal de derrota y expresando en su rostro la tristeza de estar prisionero debido a las cadenas que lo atan. El Ícaro caído parece sumirse en una profunda reflexión sobre su terrible destino.
En los bordes de la tarima de piedra donde se encuentra atado Ícaro se puede leer la siguiente escritura tallada: “un hombre no es pájaro y debe soportar la ruindad de estar unido a la Tierra como un ángel al Cielo” (Wilfredo Machado). Siempre obsesionado con el tiempo, con esa mirada que va más allá y más adentro de las cosas, la escultura de Herrera nos lleva a la reflexión de la incapacidad del hombre de volar y nos recuerda que la condición humana siempre aspira a más.